Mientras la iglesia esté abierta, hay esperanza. Pero para ver su crecimiento, primero debemos crecer nosotros: desde adentro.
En este mensaje reflexionamos sobre lo que significa vivir en pureza y santidad real —más allá de las apariencias— como enseña la Palabra: “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:14-16).
Sansón parecía fuerte, pero su debilidad interior lo derribó. Dios no busca recipientes vacíos: Él busca vasos limpios, corazones rendidos, dispuestos a ser llenados de Su poder para alcanzar la meta.